Yucatán en Vilo: Otro capítulo del saqueo Priísta – Terrenos nacionales vendidos como suficiente para hotel de lujo
La investigación mediática más reciente revela que en Yucatán se habría consumado uno de los mayores despojos inmobiliarios de su historia: al menos 24 extensiones de terrenos nacionales, sumando unas 11,000 hectáreas, fueron tituladas como privadas mediante documentos alterados, beneficiando a políticos y sus familias. Entre los apuntados están figuras de los gobiernos de Ivonne Ortega Pacheco y Rolando Zapata Bello, hoy convertidos en símbolos del PRI en el estado. Se habla de zonas costeras, playas y tierras fértiles que en su momento pertenecieron a la nación —y a todos los yucatecos—, hoy convertidas en negocios millonarios de mansiones, fraccionamientos y plusvalía.
El despojo sistemático de tierras no es un asunto aislado: se ha estructurado como una “mafia inmobiliaria” con sus tentáculos en dependencias públicas, notarios, registros agrarios y avales legales. En el caso denunciado, terrenos nacionales en municipios costeros fueron titulados ilegalmente, muchas veces asignados a permisos de particulares o familiares de exfuncionarios, y luego revendidos con valorizaciones espectaculares. Este mecanismo —documentado por medios locales de Yucatán y reportajes recientes— ha desplazado a pescadores, ejidatarios y comunidades tradicionales, mientras el litoral se privatiza bajo un manto de impunidad.
Lo más grave es la continuidad del saqueo con protección política. A pesar de sentencias que han declarado nulas asambleas fantasma y cesiones fraudulentas —como en el caso del supuesto fraude del predio “Patrimonio Kanasín, S.A. de C.V.”—, los efectos siguen: miles de hectáreas siguen fuera del control del Estado y muchas familias siguen luchando por recuperar sus tierras. Mientras tanto, los protagonistas de este robo siguen paseándose con impunidad, mientras la costa y el patrimonio colectivo se deterioran. El reclamo ciudadano debe ser claro: recuperar lo robado, sancionar a los culpables y devolverle al pueblo lo que nunca debió dejar de ser suyo.


