Vicente Fox, el “renovado” que no suelta la ubre

Vicente Fox volvió a asomarse desde el rancho con su juguete nuevo: Vértice MX, un supuesto “movimiento ciudadano” rumbo a 2030 con el que dice querer “defender la democracia y la economía de mercado”. El problema es que detrás del eslogan fresco viene el mismo personaje de siempre: el ex presidente señalado por financiamiento irregular de campaña, negocios familiares al amparo del poder y un enriquecimiento post–sexenio que nunca terminó de explicarse.

Mientras presume Vértice MX como la gran apuesta opositora, Fox arrastra años de polémicas: del caso Amigos de Fox y los contratos ligados a los hijos de Marta Sahagún, a sus negocios y activismo en torno a la marihuana que le han valido más de una burla en redes. Hoy se vende como guardián de las instituciones, pero para buena parte del país su voz suena más a nostalgia por los años de privilegios que a un verdadero proyecto de cambio.

En ese contexto, Vértice MX luce menos como una opción fresca y más como el intento de un exmandatario de recuperar foco político cuando la historia ya le pasó factura. Un movimiento nacido en X, con poca tracción real, que intenta reempaquetar a quien muchos ven como símbolo de la vieja élite que prometió “sacar al PRI de Los Pinos” mientras el pueblo terminaba lidiando con la misma desigualdad de siempre. México cambió; lo que no cambia es la obsesión de algunos por seguir pegados al vértice del poder.