Se desata la venganza azul: PAN castiga a la niñez vulnerable por puro coraje político
En el Congreso del Estado se vivió una escena digna de nota roja: el PAN y sus fieles monos cilindreros votaron en contra de obras que representan vida, oportunidad y dignidad para miles de familias yucatecas. No hubo argumentos técnicos, no hubo análisis, no hubo corazón. Hubo venganza. Los panistas, ardidos porque la Transformación avanza sin pedirles permiso, se lanzaron a bloquear el Centro Integral para Personas con Condición Autista, el nuevo Anillo Metropolitano y los Polos del Bienestar… solo para “cobrar factura” política. Una jugada fría, mezquina y alejada del pueblo.
Lo más grave —y lo más indignante— es que hoy, sin vergüenza alguna, el PAN usa a la niñez más vulnerable como carne de batalla. Los niños con autismo, que deberían ser prioridad absoluta, fueron convertidos por la oposición en herramienta de presión, moneda de cambio y pieza de revancha. Sin propuestas propias y sin trabajo que demostrar, los panistas han decidido destruir todo lo que no pueden controlar. No frenan al gobierno: frenan al pueblo. No lastiman a la bancada de Morena: lastiman a las familias que llevan años esperando apoyo.
Mientras la Bancada del Pueblo sigue empujando obras, soluciones y futuro, la oposición se hunde en su propio odio. Morena ya lo dijo claro: con responsabilidad y legalidad, se busca transformar Yucatán desde abajo y para todos. El PAN, en cambio, eligió el camino de la traición social. Hoy quedó demostrado que para ellos el dolor del pueblo es herramienta política. Para nosotros, es razón de lucha.


