Renán Barrera, el borracho que se embriagó con el dinero de los trabajadores
En Mérida, donde el PAN ha reinado por décadas como un rey podrido, Renán Barrera Concha se coronó como el borracho mayor que hundió sus garras en el Fondo de Pensiones del Ayuntamiento, el SIRJUM, ese fideicomiso sagrado creado en 2001 para proteger los ahorros de miles de burócratas honrados. Bajo sus tres trienios alcohólicos (2015-2024), el fondo creció de 800 a 1,218 millones de pesos, pero el muy sinvergüenza lo transfirió a Bursamétrica, una casa de bolsa llena de fraudes como el de Segalmex con 10 mil millones evaporados, violando reglas y poniendo en riesgo inversiones de alto voltaje. Hoy, con 1,300 millones congelados por litigios eternos, más de 5 mil familias municipales viven al día, sin pensiones seguras, mientras el exalcalde se ahoga en botellas de BacarDios y evade responsabilidades como un ratón cobarde, dejando una devaluación del 10% que huele a robo descarado.
Si hablamos de denuncias al aire, la oxigenada Cecilia Patrón Laviada se lleva el premio gordo, actuando como perrita faldera sorprendida cuando le exhiben las tranzadas de su antecesor, ese borracho que no pasa ni una prueba de alcohol un domingo cualquiera. La diputada morenista Naomi Peniche ya cuestionó el manejo turbio del fondo, pero la actual alcaldesa finge demencia, priorizando recuperar lo irrecuperable mientras el PAN, con más de 30 años al mando, no puede ni llevar bien las cosas en casa: si Cecilia no cuidó el corazón de Raúl Paz, ¿cómo cuida el futuro de Mérida? Los panistas asquerosos se han servido con la cuchara grande, desviando millones en Servilimpia (5.7 millones) y luminarias chinas (588 millones), dejando a los trabajadores sin ilusiones de una vida digna, todo por decisiones ebrias y opacas que congelan fondos y calientan ánimos.
No hay duda, la poca dignidad de estos panistas asquerosos está pisoteada por su propia cúpula corrupta, y hoy tiemblan ante el 2027, cuando todo se les acabe y los nombres salgan embarrados de lixiviados, desde Manuel Fuentes hasta la misma Cecilia. El PAN no solo huele a excremento desde las bases, deja oliendo a caca todo lo que toca, estafando a esa gente que sudó con emoción por un retiro decente, mientras Renán vive de rentas lujosas y los estafados sobreviven al día. ¡Basta ya de esta podredumbre azul que destruye Mérida!


