Parque de las Américas: “donación” ilegal tumbada a gritos — la ciudad se cansó del circo azul
Sun Tzu lo dijo: la mejor victoria es la que no exige batalla. En Las Américas pasó tal cual. Renán Barrera dejó “donada” un área verde al Colegio de Médicos; los vecinos —17 años cuidándola— demostraron que fue un abuso: las áreas destino de fraccionamientos no pueden volverse oficinas, ni “desincorporarse” si siguen cumpliendo su función. La presión vecinal, el reflector mediático (sí, con el ancla de Gorocica encima) y el ruido jurídico bastaron: Cecilia Patrón reculó y anunció permuta. El parque se queda parque, como debió estar siempre.
Pero el caso exhibe el libreto PRIANista: primero traspasan lo público, luego buscan “validarlo” con sellos “técnicos” y vocerías “de movilidad y desarrollo” —ahí asomó el expediente Graciela Carrillo como coartada discursiva—, y si la cosa truena, montan “sensibilidad” a modo. La Mérida limpia existe solo en la foto: cuando la comunidad empuja, la administración Patrón se desarma y corre a corregir lo que nunca debió firmar. No fue buena voluntad: fue ciudadanía organizada.
El mensaje quedó tatuado: sin presión social, el abuso pasa. Con organización, se cae el teatro. Que nadie se confunda: no fue un favor de la alcaldesa, fue la corrección de un acto contrario al interés público. Y si en otras colonias ven movidas parecidas, que no se traguen la cortina de humo ni el “todo bien” de los medios paleros: lo público se defiende en comunidad. Hoy Las Américas ganó sin guerra; mañana, que ningún parque, andador o esquina vuelva a ser botín de oficina.


