Cargando ahora

Mientras Mérida se hunde en corrupción, Cecilia Patrón Laviada gasta miles en vuelos a Bélgica para ‘buscar foco’

560041655 122158954238756477 2592149632928133928 n

El sector empresarial de Mérida está harto. Denuncian extorsiones, clausuras inventadas y cobros disfrazados de trámites por parte de un Ayuntamiento que, bajo el mando de Cecilia Patrón Laviada, se ha convertido en un aparato de presión y chantaje. A los comerciantes se les exige dinero para todo: desde permisos y reaperturas hasta simples inspecciones. Los funcionarios locales operan como cobradores, y los empresarios viven con miedo a que por una queja les cierren sus negocios de la noche a la mañana.

Y mientras la ciudad enfrenta esta crisis de confianza y abuso institucional, la alcaldesa decidió tomarse un respiro europeo. Cecilia Patrón viajó a Bruselas, Bélgica, del 13 al 15 de octubre, para participar en la llamada Semana Europea de Regiones y Ciudades, una gira que incluyó paradas en Tallin, Helsinki y Espoo. El costo estimado de un boleto redondo Mérida–Bruselas varía entre 460 y 7,500 dólares, dependiendo del itinerario y la clase elegida. A eso se suman hospedajes, traslados y viáticos, lo que coloca el gasto del viaje por encima de los 150 mil pesos, dinero público destinado —según dijo— a “atraer recursos” mientras el empresariado local se desangra.

En lugar de dialogar con los dueños de los negocios que generan empleo y sostienen la economía meridana, la alcaldesa prefiere viajar a Europa a buscar “inspiración” sobre planeación urbana. Lo cierto es que Mérida no necesita discursos europeos, necesita gobernantes presentes y transparentes. Con más de 25 clausuras, acusaciones de cobro de piso municipal y una red de corrupción que llega hasta las áreas de Permisos, Mercados y Protección Civil, el Ayuntamiento opera más como un grupo de presión que como una institución pública.

La paciencia del sector privado se acabó. Mientras Cecilia viaja, el miedo y la mordida gobiernan. Mérida no necesita más fotos internacionales; necesita que su alcaldesa baje del avión y dé la cara.