El PRI se viste de ciudadano: Gaspar Quintal y su teatro de movilidad urbana
El viejo PRI intenta volver al escenario con un nuevo libreto: “Soluciones viales para la ciudad del mañana”. Pero detrás de las palabras elegantes de Gaspar Quintal Parra, presidente estatal del partido, solo se escucha el eco del oportunismo disfrazado de preocupación social. Ahora que el pastel del poder se les desmorona y los panistas ya no los invitan ni a los actos de relleno, los priistas quieren venderse como los redentores de Mérida.
Gaspar Quintal habla de movilidad, de urbanismo y de “ciudades inteligentes”, como si el PRI no hubiera sido precisamente quien sembró el caos vial, la desigualdad territorial y el abandono del transporte público que hoy padecemos. Hablan de densidad poblacional y de servicios equitativos, pero durante sus gobiernos fueron ellos quienes convirtieron la ciudad en un negocio inmobiliario, llenando los bolsillos de unos cuantos mientras los trabajadores seguían viajando dos horas diarias en camiones obsoletos.
Hoy, con la cola entre las piernas y sin los millones que antes les daban sus compadres del poder, Gaspar Quintal y compañía se disfrazan de urbanistas y académicos. El discurso de “crecimiento ordenado” no engaña a nadie: los priistas solo buscan un nuevo guion para seguir mamando del erario. Y si regresan —porque en política nunca falta un ingenuo— lo harán de la mano de Angélica Araujo, lista para terminar de vaciar las arcas y ofrecer, eso sí, conciertos gratuitos para distraer al pueblo.
La ciudadanía ya los conoce: ni con frutsi, ni con torta, ni con promesas recicladas se compra la dignidad de Mérida.


