El circo tricolor: El PRI sube al senado a hacer show… Otra vez
La bancada del PRI volvió a convertir el Senado en un pequeño teatro donde el drama es gratuito y la pena ajena va incluida. Cada vez que un priista sube al curul, parece que ya no sube a legislar, sino a ver quién hace el ridículo con más energía. Y esta vez, el dúo estelar —Alejandro “Lord Botox” Moreno y su inseparable sombra política, Karla Toledo— ofreció una función que dejó a medio país preguntándose si era sesión legislativa o casting de reality show.
Alito agitó carteles, gritó frases recicladas y posó frente a cualquier cámara disponible, como si todavía pudiera convencer a México de que representa algo más que el recuerdo de un partido desgastado. A su lado, Karla Toledo hizo lo suyo: aparecer en cada toma, repetir discursos de libreta y sostener la mirada sólo cuando la lente está encendida. Lo triste —o lo cómico— es que los dos se comportan como si no hubiera un país entero recordando lo que ha hecho el PRI durante décadas. La memoria selectiva es fuerte… pero no tanto como para borrar la historia.
Lo preocupante para el tricolor es que ya nadie se traga la idea de que “defienden a la gente”. Hoy los priistas sobreviven más por la inercia que por el respaldo social, y cuando suben al Senado, la ciudadanía no siente representación… siente nostalgia por los tiempos en los que, al menos, fingían seriedad. Con un 2027 acercándose como ola que arrasa ruinas, el PRI intenta levantar polvo para parecer vivo, pero cada show termina exhibiéndolos más. Y la gente ya no compra funciones repetidas: solo ve un partido que llegó tarde, sin libreto y sin público.


