Dedazo en Chicxulub: El miedo azul mueve las fichas

En Chicxulub Pueblo ya se sabe que “el primo” no es apodo cariñoso, sino señal de advertencia. Entre la militancia panista corre la versión de que Luis Carlos Canto Mercado, secretario municipal y viejo operador del blanquiazul, quiere amarrar desde ahora la sucesión y dejar bien colocado a su círculo más cercano rumbo a 2027. En corto, panistas de base lo dicen sin rodeos: si lo imponen, el partido se parte, la gente se harta y la elección se complica. No lo dicen enemigos, lo dicen los de casa.

Las voces internas pintan el panorama con claridad incómoda. Suemy C. advierte que hay mejores perfiles y que forzar una candidatura solo por amistad es receta segura para la derrota. Flor C. va más allá y apunta a algo que en pueblo pesa mucho: la percepción de la familia, el carácter, el trato diario. “Su esposa en lugar de apoyar le restará votos. Su forma de ser no cae bien”, resume. Aldo C. lo ve como un experimento de alto riesgo: “estaría interesante ver lo que podría pasar”. Interesante… para los que juegan ajedrez político desde la oficina, no para quienes viven aquí y se juegan el futuro del municipio.

Al fondo de todo está el olor a miedo. El PAN sabe que viene una elección pesada y que sin el cobijo directo de la cúpula estatal, los errores ya no se tapan tan fácil. Por eso los movimientos apresurados, los nombres que se repiten, las mismas manos de siempre acomodando las piezas. Chicxulub Pueblo no es botín ni laboratorio. La gente ya despertó, ya huele el dedazo y ya está cansada de que la traten como si no entendiera el juego. Cuando el miedo marca la agenda de un partido, la ciudadanía lo nota… y lo cobra en las urnas.