Ciclovías de Vila y Renán: ¿obra moderna o monumento al despilfarro?

Pues mira, lo que muchos ya sospechaban parece confirmarse: esas ciclovías que prometían hacer de Mérida una ciudad más “eco” y “moderna” hoy lucen más como proyectos abandonados que como vías funcionales. En 2025 ni un solo kilómetro nuevo ha sido construido, según Cicloturixes. Los tramos que ya existen, aquellos que demandaron más de 140 millones de pesos durante la administración de Vila, sufren abandono, deterioro, invasión de autos estacionados e incluso son usados como tiradero de basura.

Y ojo, no es solo cuestión de infraestructura: el diseño de estas ciclovías desde su inicio generó críticas fuertes. En 2021 se reprochaba que se impusieron proyectos sin consenso ni análisis serio, reduciendo carriles vehiculares y causándole caos a comercios y habitantes del centro histórico. Mientras tanto, usuarios denuncian que el programa En Bici funciona más como atractivo turístico que como servicio real para la gente: pocas bicicletas disponibles, tarifas poco claras y ciclovías inseguras.

¿Y ahora quién responde? ¿Cecilia Patrón llevará fotos del abandono a Bélgica para pedir instrucciones? Tal vez los europeos sepan cómo rescatar lo que aquí se descompone. Lo cierto es que la ciudad les quedó grande a los panistas: ni orden dentro de sus oficinas, ni visión clara para la movilidad urbana. Las ciclovías, en este contexto, no son símbolo de progreso: son testigos mudos de decisiones mal pensadas y promesas que se quedaron en el pedestal. Lo que es una realidad es que son el símbolo completo de la desigualdad y el despilfarro.