Mérida y su perrera de la vergüenza: Años de sangre, silencio y propaganda
Mérida arrastra una deuda moral con miles de animales sacrificados en silencio dentro del Centro Municipal de Control Animal (CEMCA), conocido como la perrera. Desde 2020, organizaciones civiles y vecinos han denunciado capturas violentas, eutanasias masivas y falta total de transparencia. Mientras las calles se llenan de videos que muestran cómo las unidades del Ayuntamiento levantan perros sin distinguir si tienen dueño, la autoridad se escuda en tecnicismos y nunca publica cuántos son sacrificados ni bajo qué criterios.
Lo más indignante es la hipocresía institucional. Durante años, bajo Renán Barrera y hoy con Cecilia Patrón Laviada, el Ayuntamiento se ha manchado las manos con la sangr3 de animales inocentes, pero ahora posa para la foto con cachorros en brazos y discursos vacíos sobre “amor animal”. Las denuncias por mu3rtes irregulares en Animaya y Centenario, junto con los operativos brutales del CEMCA, exhiben un patrón de negligencia y encubrimiento disfrazado de política pública.
El bienestar animal en Mérida no es prioridad: es un montaje. La alcaldesa ha heredado la misma estrategia de su antecesor, solo que ahora reemplazó a los medios chayoteros con bots e influencers pagados para justificar lo injustificable. Mientras tanto, los animales siguen muriendo tras los muros del CEMCA, las asociaciones siguen sin apoyo y la sociedad, una vez más, paga el costo de una administración que prefiere callar la verdad antes que limpiar su conciencia.


